
El SOMA-FITAG-UGT conmemora hoy la figura de su fundador, Manuel Llaneza, con un homenaje en el cementerio civil de Mieres. A las 12:00 horas, afiliados, representantes sindicales y ciudadanos se reunieron para recordar su lucha en defensa de los derechos de los trabajadores y su impacto en la historia del sindicalismo en España.

Este tributo se celebra en el 94.º aniversario de su fallecimiento y contó con las intervenciones de destacados dirigentes sindicales y políticos, como:

Alejandro Fernández, secretario general del PSOE de Mieres;

Mariano Hoya, secretario general de UGT-FICA;

Pepe Álvarez, secretario general de UGT;

y José Luis Alperi, secretario general del SOMA-FITAG-UGT.
Nacido en 1879 en Veneros (Lada) un 14 de enero, A los dos años, se traslada con su familia a Barruelo de Santullán, en la cuenca minera de Palencia, donde comienza a trabajar a los once años. En 1902 regresa a Asturias y se emplea en la mina Poca Cosa de Mieres. Un año después, se afilia al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Por su participación en la Güelgona de 1906, es despedido de su trabajo y decide emigrar al norte de Francia, donde trabaja como minero en la Société des Mines de Liévin. Allí entra en contacto con el sindicalismo francés y belga, en particular con el sindicato reformista de orientación tradeunionista liderado por Émile Basly en la cuenca de Nord-Pas-de-Calais. Esta experiencia le inspira a fundar el primer sindicato de industria en España tras su regreso a Asturias, donde hasta entonces solo existían organizaciones locales y gremiales de escasa influencia.

Manuel Llaneza comenzó a trabajar en la mina desde muy joven, lo que le permitió conocer de primera mano las duras condiciones laborales de los trabajadores. Consciente de la necesidad de mejorar su situación, en 1910 fundó el Sindicato de Obreros Mineros de Asturias (SOMA), que con el tiempo se convirtió en una referencia en la lucha obrera.

Además de su labor sindical, Llaneza desempeñó un papel clave en la política. En 1917 participó activamente en la huelga revolucionaria y, años más tarde, asumió la alcaldía de Mieres, cargo que dejó para presentarse como diputado en las Cortes, donde ejerció hasta 1923. Su compromiso con el bienestar de los trabajadores no terminó ahí: hasta el final de su vida, trabajó en la creación del Orfanato de Mineros Asturianos, una institución destinada a proteger a los hijos de los mineros fallecidos.

A pesar de su prematura muerte en 1931, con tan solo 51 años, el legado de Manuel Llaneza sigue vivo en la memoria del movimiento obrero y en la historia de Asturias.
