Si el verano en Asturias, comenzaba de manera trágica, el 8 de julio, un trabajador fallecía en la empresa Sontara, en el valle de Tamón atrapado por una máquina, la semana pasada continuaba esta hecatombe laboral, primero, con un accidente grave que producía lesiones por quemaduras de diversa consideración a 4 trabajadores y un accidente mortal el pasado jueves de un operario que realizaba labores de desbroce en la vía que da acceso al municipio de Langreo. Estos accidentes laborales elevan a al menos 14 personas, las fallecidas en el ejercicio de su actividad profesional y a más de una decena larga, las y los profesionales que han sufrido lesiones de gravedad en lo que llevamos de 2024.
Salimos de nuevo a la calle, en señal de respeto, repulsa y denuncia ante este nuevo accidente mortal. Desde aquí enviar todo nuestro PESAR, APOYO Y SOLIDARIDAD a su familia, amistades, compañeros/as de trabajo, y una pronta recuperación a los heridos de los últimos accidentes graves de la región.
Tras los primeros momentos de dolor y consternación, exigimos a las autoridades que abran las investigaciones correspondientes para esclarecer las causas de todos y cada uno de estos accidentes, estamos seguros que todos y cada uno de ellos habrían podido evitarse. También de depurar responsabilidades, si las hubiera. Porque hay preguntas que no nos dejamos de hacer y deben obtener respuesta rápida y contundente.
No nos cansamos de repetirlo: es de vital importancia que los trabajadores y trabajadoras cuenten con garantías de seguridad para llevar a cabo sus tareas, de modo que minimicen y eviten los riesgos que ponen en peligro su salud y sus vidas. Para ello es necesario actuar en todo momento y situación, desde la prevención y potenciar su gestión en los lugares donde trabajamos, sean cuales sean y sean donde sean que se realicen. Evaluar, prevenir y eliminar debe ser la base sobre la que se sustente nuestra actividad laboral diaria.
Denunciamos el aumento de los accidentes mortales en el trabajo, a pesar de todos los esfuerzos que desde nuestras organizaciones sindicales de clase estamos haciendo en la búsqueda de soluciones para acabar con estas tragedias, tragedias de clase, ya que quienes enfermamos y morimos en el trabajo somos nosotros y nosotras, la clase trabajadora, simplemente por intentar ganarnos la vida honradamente con nuestro esfuerzo y el de nuestras familias.
Esto nos hace llegar a la conclusión de que no se está cumpliendo con la ley de prevención de riesgos laborales, digan lo que digan desde las organizaciones empresariales.
Es necesario, una mayor vigilancia, así como el incremento de las penas y sanciones, y esto debe ser cuestión inmediata para lo que reiteramos la necesidad de reforzar a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, así como al resto de organismos implicados en la materia, como puede ser, el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales y poner todos estos recursos a pie de tajo, en la calle, en los centros de trabajo.
Las causas por las que se producen los accidentes laborales son la precariedad, las jornadas interminables, las altas cargas de trabajo, la incertidumbre que sufren cada día trabajadores y trabajadoras, los bajos salarios, todo ello hace que aumenten así los factores y riesgos psicosociales y un empeoramiento de la salud en los trabajadores y trabajadoras.
Estamos ante un problema silencios o que pasa desapercibido y que es invisible a los ojos de la sociedad, la siniestralidad laboral. Un problema con cifras astronómicas.
Instamos al Gobierno de España, a través del Ministerio de Trabajo, que continúe con la mesa de diálogo social y en la elaboración de un Plan de choque a nivel nacional contra la siniestralidad laboral, en el que se articulen cuestiones como la recuperación de la cultura preventiva, la prevención de los accidentes de trabajo, y más inversión en todo lo relacionado con la prevención y la salud de los trabajadores/as, con el objetivo fundamental de acabar con estas tragedias, con la finalidad de que no se produzca ni una muerte más en el trabajo.
NO VALEN EXCUSAS. La responsabilidad de parar esta sangría es de quien es, de quienes tiene la obligación de dar protección a sus trabajadores y trabajadoras, las empresas, anteponiendo la salud y seguridad en el trabajo a cualquier otra prioridad, porque es además su deber. Y las Administraciones velando con contundencia por el cumplimiento estricto de la normativa, con sanciones ejemplar es cuando se viole o no se cumpla con los establecido.
Al mismo tiempo, es imprescindible que los trabajadores y trabajadoras recibamos una formación continua y adecuada, así como instrucciones claras de cómo realizar nuestro trabajo para poner freno a unas cifras de siniestralidad que deberían escandalizarnos.
PORQUE NO SERÁ POSIBLE UNA SOCIEDAD DECENTE, SIN TRABAJO DIGNO, Y ÉSTE…
NO LO SERÁ SI NOS CONDUCE A LA MUERTE.