Existen sólo dos formas de vivir en sociedad, haciéndolo de cara a ella, poniendo fin a los armarios, la hipocresía y el cinismo, o dándole la espalda. La primera es la más valiente pero es además la única que permite que la sociedad avance, porque la sociedad es diversa y plural, y es en esa diversidad precisamente donde radica su riqueza, de modo que estamos todos y todas obligados a favorecerla y protegerla.
Partiendo de esta premisa, un reciente estudio (La diversidad LGTB en el contexto laboral en España) elaborado por Banco Santander en colaboración con otras entidades, pone de relieve que el 62% de las personas LGTB en España no visibiliza su condición sexual en su trabajo; el 20% considera que en sus empresas no existe igualdad de oportunidades para el colectivo y que los comportamientos poco inclusivos todavía se dan con mucha frecuencia.
Por otro lado, la directora de comunicación de CEOE, Carmen Alsina, ha defendido que “la diversidad es necesaria para las empresas, por la importancia de la gestión del talento y la capacidad para ser competitivos; jamás podremos serlo si no tenemos un equipo de personas capaces de detectar unas necesidades y sólo las tienes si tienes un equipo diverso”.
En UGT tenemos claro que esta realidad que sufre el colectivo tiene que ser cambiada: un 70 % de las personas pertenecientes al colectivo LGTB ha sufrido situaciones de acoso en el ámbito laboral y un 60% se ha sentido rechazado por sus compañeros o compañeras, pero sólo un 10% se atreve a denunciarlo.
Es necesario avanzar en la aprobación de leyes, porque tanto la Ley Trans nacional como la autonómica se han quedado a medio camino en su tramitación parlamentaria en la pasada legislatura. Pero también es urgente incorporar a la negociación colectiva cláusulas que impidan la discriminación por orientación sexual e identidad / expresión de género, y que se lleven a cabo evaluaciones de riesgo psicosociales que contemplen el riesgo de lgtbifobia en el trabajo. Será necesario implementar protocolos contra el acoso por orientación sexual y promover una educación en diversidad para que nuestros hijos e hijas vivan esta realidad desde la normalidad que contribuya a eliminar los delitos de odio.
Hace casi 30 años que la OMS retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales; la verdadera enfermedad es la LGTBIFOBIA, y necesita ser tratada y combatida. La normalidad se habrá alcanzado cuando superemos los comentarios sexistas, las chanzas o las burlas hacia los demás, especialmente en el ámbito laboral, porque, en palabras de Kate Millet, “lo personal es político”. Y nos pasamos al menos una tercera parte de nuestras vidas en el trabajo, como para tener que ocultar nuestra realidad por temor a represalias o discriminación.
En este sentido, desde el Área UGT Confederal LGTBI se ha presentado un decálogo que recoge las propuestas e iniciativas necesarias para luchar contra dicha discriminación, algunas de las cuales ya se han mencionado anteriormente. Entre ellas es fundamental la sensibilización y la visibilización, y es por ello que UGT participará un año más en la manifestación que tendrá lugar en Gijón el próximo sábado 29 junio. Aprovechamos la ocasión para felicitar a XEGA por la medalla de plata de la Villa de Gijón 2019, que supone un reconocimiento a la labor social que han venido desempeñando por más de 25 años.
Por último, y a menos que alguien me demuestre fehacientemente lo contrario, sólo vivimos una vida; conviene vivirla conforme a lo que cada uno/a siente. Como diría el mismísimo Freddie Mercury, “Time waits for no one, and it won’t wait for me» (El tiempo no espera a nadie y no esperará por mí) .