La secretaría de Política sindical ha elaborado un informe sobre los efectos de la reforma en el mercado laboral asturiano, cuando se cumplen estos días 9 años de su entrada en vigor.
Las consecuencias, como se puede ver en los datos que aparecen en este análisis, son absolutamente devastadoras. La reforma laboral impuesta por el Gobierno del PP, además de injusta se ha demostrado tremendamente ineficaz para solucionar las deficiencias de nuestro mercado laboral, y lejos de corregirlas las ha acentuado aún más.
Esta reforma laboral ha supuesto una degradación de las condiciones laborales sin precedentes. Y con la irrupción de la pandemia en el año 2020 los desequilibrios se han hecho más patentes, haciendo que la crisis haya tenido en nuestro país un impacto mayor que en el resto de países de la Unión Europea y unas peores perspectivas de recuperación.
Los elevados niveles de temporalidad han provocado que los trabajadores temporales hayan sido los primeros en ser expulsados del mercado laboral con la llegada de la pandemia, provocando que en muchas ocasiones no contasen con el periodo necesario para acceder a las prestaciones contributivas por desempleo, y se han visto menos protegidos por las medidas puestas en marcha para preservar el empleo como los ERTES COVID.
Esta mayor precariedad lleva asociados bajos salarios lo que supone un nuevo agravio para estos trabajadores que ven reducidos aún más sus ingresos, ante unas menores prestaciones derivadas de unas bases de cotización más bajas. Hay que tener en cuenta también el elevado número de trabajadores que se encuentra en la mal llamada “economía informal”, es decir sometidos a situaciones de fraude en la contratación y que con las restricciones por la pandemia no han podido continuar trabajando y les ha sido privado su derecho a acceder a prestaciones o ayudas.
Esta menor protección frente al desempleo y una menor cobertura han empujado a miles de trabajadores a la pobreza y a la exclusión social. Con lo que el impacto de la pandemia no ha sido igual para todos, teniendo una mayor incidencia entre la población más vulnerable. (En nuestro país la tasa de pobreza severa se ha disparado desde el 9,2% hasta cerca del 11% durante la pandemia, lo que supone que 5,1 millones de personas viven con menos de 16 euros al día).
Las diferencias de género existentes en el mercado laboral lejos de desaparecer se han intensificado en los últimos años (aumentando cinco puntos porcentuales su peso sobre el paro total regional).
La desregulación provocada por la reforma laboral ha propiciado la aparición de nuevas figuras de explotación laboral como son las plataformas digitales o la proliferación de los llamados “falsos autónomos”.
El informe analiza la evolución de los principales indicadores del mercado laboral en una comparativa entre el año 2019 y el año inmediatamente anterior a la entrada en vigor de la reforma laboral (2011), avalando las previsiones de quienes en su día denunciamos el rotundo fracaso y las lesiones en los derechos que produciría esta norma.
(No se compara con el año 2020 porque los datos están distorsionados por el efecto de la pandemia sobre el mercado laboral y el análisis resultaría sesgado)