La secretaria de Políticas Sociales de UGT Asturias, Ana Isabel García Roza, reflexiona sobre la importancia crucial de la lucha contra la explotación sexual y la trata de personas, subrayando la urgencia de impulsar cambios estructurales para erradicar estas formas de violencia y opresión.
Ana escribe este artículo en el contexto del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, para visibilizar uno de los crímenes más atroces contra los derechos humanos. Su intención es generar conciencia, movilizar a la sociedad y a las instituciones, y exigir reformas que protejan a las víctimas, garantizando justicia y dignidad.
La explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños, representa una de formas más crueles de violencia y vulneración de los derechos humanos en la actualidad.
La “trata de personas” es la captación, transporte, traslado, acogida o recepción de personas, mediante la amenaza, uso de la fuerza, coacción, fraude, engaño, abuso de poder o de situaciones de vulnerabilidad, o mediante pago o beneficio económico en la obtención del consentimiento de una persona para que ceda el control sobre otra con el propósito de su explotación. La explotación incluye, como mínimo, la derivada de la prostitución y de otras formas de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas similares, servidumbre y extracción de órganos.
El “tráfico humano” es un negocio lucrativo que genera miles de millones para los delincuentes, solo superado por el tráfico de drogas y de armas. Las redes de trata operan a nivel global, cruzando fronteras y aprovechándose de las condiciones de vulnerabilidad económica, social y política de las personas.
La explotación sexual es una de las formas más comunes de trata y afecta especialmente a mujeres y niñas, aunque hombres, niños y personas LGTBI también son víctimas de este delito. Implica la comercialización del cuerpo de las víctimas mediante la prostitución forzada, la pornografía, la explotación sexual infantil y otras formas de abuso sexual con fines comerciales. En la mayoría de los casos, las personas que son explotadas sexualmente son sometidas a condiciones inhumanas de violencia física, psicológica y emocional, con el fin de controlar sus movimientos y mantenerlas bajo el poder de los traficantes.
La prostitución es el objetivo principal de la trata de mujeres, la explotación sexual atenta contra sus derechos fundamentales, como son el derecho a la vida, la libertad, la integridad física y moral, la libertad sexual, la salud, su intimidad y la dignidad humana. Es una de las formas más crueles de violencia contra las mujeres, ya que, en general, estas sufren una mayor desigualdad por razón de género en campos como la educación, la formación y el ámbito laboral, esta explotación sexual está relacionada con la posición de las mujeres en la sociedad y la relación directa entre pobreza y género femenino. Todo esto, coloca a las mujeres en una situación de especial vulnerabilidad a la captación.
Las consecuencias de la trata y la explotación sexual son devastadoras, tanto física como psicológicamente. Las víctimas sufren traumas profundos y una fuerte estigmatización social en sus comunidades lo que dificulta su reintegración social y laboral.
Las principales causas que propician la trata son: pobreza y desigualdad, conflictos armados y desplazamientos forzosos, falta de oportunidades, discriminación de género, legislaciones insuficientes y corrupción.
Ante un problema de tal magnitud no se puede mirar para otro lado, es inadmisible que en pleno siglo XXI existan problemas de ámbito global tan terribles como la trata y explotación de seres humanos, que se trate a las personas como una mercancía a comprar y vender. Hablamos de personas en una situación de extrema vulnerabilidad, de niñas y niños. ¿Cómo alguien puede hacer negocio con seres humanos?.
Hay que incrementar los esfuerzos para acabar con esta lacra. Combatir este problema requiere de una acción global, coordinada y comprometida, que involucre a gobiernos, organizaciones internacionales y a la sociedad en su conjunto.
Para ello se deben fortalecer las leyes y sanciones, los países de adoptar y aplicar leyes estrictas contra la trata de personas y la explotación sexual, asegurando que los culpables tengan sanciones severas por tales actos.
Facilitar una protección total a las víctimas, que deben recibir una atención integral que incluya apoyo médico, psicológico, legal y económico para facilitar su recuperación y reintegración social.
Potenciar la prevención y la educación, la sensibilización es fundamental para prevenir la trata.
Cooperación internacional, ya que es un problema global, , que afecta en todo el planeta), es necesario fortalecer la cooperación entre países para investigar y desmantelar las redes de tráfico humano, hasta lograr la erradicación de la demanda de servicios sexuales forzados a través de campañas de concienciación y sanciones a los consumidores de prostitución y pornografía que contribuyen a la explotación.
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores insta al Gobierno a recuperar y tramitar, tan pronto como sea posible, el contenido del Anteproyecto de Ley Orgánica Integral contra la trata y la explotación de seres humanos e intensificar la lucha contra la trata laboral y la explotación laboral.
UGT siempre estará luchando por erradicar todo tipo de explotación, manteniéndose, sin fisuras al lado de las personas vulnerables.
Solo a través de la prevención, la sanción a los culpables y el apoyo a las víctimas se podrá erradicar esta terrible forma de esclavitud que ha llegado a nuestros días.