Estimada compañera, estimado compañero:

Finaliza un año cargado de acontecimientos y quiero compartir contigo algunas valoraciones y reflexiones, no sin antes desearte unas felices fiestas navideñas y un 2019 lleno de salud, trabajo digno y prosperidad para ti y los tuyos.

En 2018 hemos celebrado señaladas efemérides, una de las más significativas para nuestro sindicato es la del 130 aniversario de su fundación, un 12 de agosto de 1888 en Barcelona. Son 130 años de lucha incansable por lograr mejores condiciones de vida y trabajo para los trabajadores y trabajadoras y la sociedad española en su conjunto de los que nos sentimos muy orgullosos.

También hemos celebrado el 40 aniversario de la Constitución Española, la base sobre la que se asienta nuestro modelo de sociedad y convivencia, que reconoce de manera clara, como pocas en el mundo, el papel fundamental que tienen las organizaciones sindicales e introduce los derechos a sindicalizarse y de huelga entre tantos otros. En relación a ella, creo que es nuestro deber fortalecerla y actualizarla a los nuevos tiempos, pero preservándola contra quienes pretenden un cambio en función de sus intereses o simplemente destruirla por simbolizar lo que supuso el inicio de una nueva etapa de esperanza y futuro para todas las personas de este país.

Y hace escasos días celebrábamos el 30 aniversario de la huelga general del 14D, resultado de unas políticas socioeconómicas erróneas que estaba llevando a cabo el Gobierno socialista de Felipe González y cuyo detonante final fue una reforma laboral que abarataba el despido y un plan de empleo juvenil basado en contratos precarios. No hay espacio en esta carta para abordar en profundidad lo que significó aquella huelga, pero no quiero dejar de señalar que, desde mi punto de vista, algo muy importante es que la UGT demostró que sabe poner por encima de cualquier interés los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Se lanzó un mensaje muy claro al Gobierno de entonces y a los futuros que viniesen, fuesen del color político que fuesen: que no vamos a consentir que la riqueza de este país no se reparta también entre los trabajadores y trabajadoras; que queremos Gobiernos que pongan en marcha políticas sociales que tengan como prioridad alas personas, sobretodo las más necesitadas.

Y, hablando de las fechas de 2018, no podemos olvidar la del 8 de marzo, que este año cobró una dimensión histórica, con la convocatoria de una huelga de media jornada y la participación masiva, como nunca se había visto, en las manifestaciones convocadas para exigir un compromiso por la igualdad y el fin de las violencias machistas con el cumplimiento del pacto de Estado por la Violencia de Género. Del mismo modo, nos preocupa la brecha salarial, que en España es del14,2%, tres veces mayor que en países como Italia, Rumania yLuxemburgo. Por eso estamos exigiendo una Ley de igualdad salarial, porque es fundamental legislar para erradicar esta discriminación por razón de sexo, que implica salarios, prestaciones y pensiones más bajas.

A lo largo de este año también hemos estado movilizándonos por unas pensiones dignas y para que se garantice la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Se trata de una cuestión política, no técnica, porque el gasto en pensiones en España está en el 11,4% de PIB mientras la media de la Unión Europea se sitúa en el 13,5% y otros países como Portugal, Alemania, o Italia gastan en torno al15%delPIB. Es necesario derogar la reforma de las pensiones del año 2013, es decir, que hay que eliminar el factor de sostenibilidad (la pensión no puede estar en función de la esperanza de vida de las personas) y establecer por ley la revalorización con el IPC, no ligada a los presupuestos generales delEstado.

Del mismo modo, es imprescindible derogar la reforma laboral, que lo único que ha traído es precariedad, desigualdad y pobreza y cuyos efectos hacen imposible sostener exclusivamente con cotizaciones el sistema público de pensiones. Por ello será vital que se abran nuevas vías de financiación, como la denominada cotización de los robots que estamos defendiendo, y que no es más que un impuesto a la productividad y los beneficios derivados de la introducción de robots y nuevas tecnologías como compensación a la pérdida de empleos (y por tanto cotizaciones) que ello genera.

Asimismo es vital avanzar en la mejora de los salarios para recuperar el poder adquisitivo perdido durante los años de crisis, algo que, como estamos viendo con los acuerdos en los sectores  e Metal y Supermercados, se pueden lograr con presión y movilizaciones.

En lo que respecta ala coyuntura asturiana, es de destacar positivamente que se haya alcanzado un pacto de izquierdas para que la comunidad autónoma pueda contar con unos Presupuestos en 2019, en los que prima la dimensión social.

Las perspectivas son inciertas. Asturias ha venido ralentizando su ritmo de crecimiento y las previsiones de distintos organismos coinciden en situarnos en el grupo de las regiones menos dinámicas. En todo ello subyacen factores externos internacionales que están también afectando al conjunto nacional y a los que no somos ajenos, además del déficit histórico en infraestructuras claves de comunicación que perjudican nuestra posición competitiva y dificultan alcanzar mayores tasas de crecimiento.

Seguimos reivindicando la finalización de las infraestructuras claves para Asturias recogidas en la Alianza Regional por las Infraestructuras, con la imperante necesidad de finalizar algunas de ellas como Variante de Pajares, Plan de Cercanías, Plan de vías de Gijón, soterramiento de Langreo, conexión a Red Ferroviaria del Arco Atlántico, conexión de Puertos de Gijón y Avilés, Autopistas del Mary regasificadora, Autovía del Suroccidente y tercer carril de la «Y».

Hay que denunciar además el alto coste que sufre la población asturiana para salir de la región ya sea por carretera a través del peaje del Huerna, que es necesario eliminar, como en tarifas aéreas o la ausencia adía de hoy de vuelos internacionales.

A todo se unen las amenazas que se ciernen sobre sectores claves para nuestra economía como son la energía y la industria, con serias amenazas de deslocalizaciones, cierres e incertidumbres, como es el caso de Alcoa, ante los efectos que pudiera ocasionar la ausencia de una transición energética justa. Por eso es inaplazable un Pacto de Estado por la Industria que contenga una política energética estable, sin renunciar a ninguna fuente de energía.

Finalizo con un sentido recuerdo para las víctimas de accidentes laborales. A falta de cierre oficial de las estadísticas, en Asturias fallecieron 16 trabajadores este año, 6 más que en 2017, y no podemos obviar que ello guarda directa relación con la precariedad laboral, que está matando.

Es por ello que exigimos un incremento de las sanciones y las penas por el incumplimiento de la normativa y demandamos más recursos, tanto humanos como económicos, destinados a la vigilancia y control del cumplimiento de las medidas de seguridad y salud encaminadas a reducir los accidentes laborales y las enfermedades profesionales. Y, muy especialmente, queremos también un reparto de la riqueza que llegue a los trabajadores y trabajadoras a través de un empleo de calidad que mejore, entre otros aspectos, sus condiciones de seguridad y salud.

No quiero cerrar esta carta sin mencionar brevemente la inmigración, que no es un problema sino una oportunidad para nuestro país y para Europa. Nuestras sociedades no estarán sanas si sigue habiendo muertes en el Mediterráneo. Frente a los abominables mensajes de la ultraderecha, tenemos que dar prioridad a la solidaridad como valor, pero también destacar como hecho objetivo la contribución de la población migrante al sostenimiento y crecimiento de este país.

Y, volviendo al inicio, si algo hemos aprendido después de 130 años es nadie regala nada; que los poderosos no quieren repartir la riqueza; que nos basta con permanecer pasivos; que hay que afiliarse, movilizarse y pelear; que solo tiene sentido un mundo en el que todas las personas puedan vivir dignamente. Felices fiestas y un fuerte abrazo.

Javier Fernández Lanero
Secretario General UGT Asturias

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