El primer trimestre del año 2019 no comienza con buenas expectativas para el mercado laboral asturiano, con una pérdida de activos, destrucción de empleo y un nivel de paro prácticamente estable.
El empleo se reduce en 2.500 ocupados en términos interanuales (0,6%), destacando como la única comunidad autónoma donde se destruye empleo (a nivel nacional la ocupación crece un 3,2%). El desempleo se mantiene en los niveles del año anterior, con tan solo 400 desempleados menos, mientras que en el país el desempleo desciende un 11,6%. La población activa anota una nueva caída contabilizándose 3.000 activos menos que el año anterior, lo que hace caer la tasa de actividad hasta el 50,9%, es decir tan sólo la mitad de la población está en situación activa (8 puntos menos que la media nacional). Este comportamiento de los activos en Asturias si bien está relacionado con las dificultades del mercado laboral, también lo está muy estrechamente con el declive demográfico que viene sufriendo nuestra región y que es urgente e inaplazable abordar.
Destaca negativamente el aumento de la temporalidad, que pone de manifiesto la mala calidad del empleo, donde 1 de cada 4 asalariados tiene un contrato temporal (24,8%), y se sitúa un punto porcentual por encima del año anterior. En el conjunto del país el comportamiento es contrario, con una caída de la temporalidad. Ante esta situación las empresas deben cambiar esta cultura de la contratación temporal injustificada y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social continuar con las campañas que está llevando a cabo para perseguir estos contratos fraudulentos.
El paro se está haciendo crónico como lo demuestra el hecho de que más de la mitad de los desempleados lleva más de un año buscando un empleo (54%), ratio muy por encima de la media española (45%). Cabe destacar como es la primera vez en la última década que la tasa de paro regional (15%) supera a la del conjunto del país, y cómo las diferencias de género se intensifican.
A la vista de los resultados anteriores, desde la UGT pedimos que de cara a los comicios electorales, los próximos gobiernos que se conformen tras las elecciones, tanto a nivel general como autonómico impulsen políticas activas de empleo que creen más y mejor empleo, prestando una especial atención a los colectivos vulnerables (jóvenes, parados de larga duración, mayores de 55 años, mujeres…). Asimismo, es urgente aumentar la protección frente al desempleo (donde más de la mitad de los parados no tiene cobertura). Todo ello debe ser abordado desde la óptica del diálogo social y el consenso de las partes.