El tercer trimestre del año 2018 muestra un nuevo deterioro del mercado laboral asturiano en términos interanuales, con pérdida de activos, destrucción de empleo y aumento del paro. Este comportamiento que presenta Asturias es contrario al resto de comunidades autónomas donde en todas ellas se produce creación de empleo y caída del paro.

La ocupación desciende en 3.500 ocupados en términos interanuales (0,9%) y destaca con la única caída del país. El paro suma 2.100 parados más (3,6%) y la población activa se contrae en 1.400 activos, con lo que la tasa de actividad se sitúa en el 51,1% (8 puntos por debajo de la española y la más baja del país).

Los datos reflejan cómo las diferencias de género continúan ampliándose siendo las mujeres donde se concentra el aumento del paro, mientras que entre los hombres se reduce. Los datos de paro dejan una realidad preocupante con un elevado paro estructural de manera que aunque el paro de larga duración desciende (1.600 parados menos) la mitad (50,4%) lleva más de un año en el desempleo y el 40% dos años o más, lo que significa que sigue cayendo la cobertura frente al desempleo.

La temporalidad continúa avanzando imparable y se sitúa en el 26%, lo que implica que más de una cuarta parte de los asalariados tiene con contrato temporal. A lo que se añade el crecimiento de la parcialidad de manera que el empleo a tiempo completo se reduce un 1,7%, frente al de tiempo parcial que sube un 4,1%. Una vez más desde la UGT hacemos incidencia en la delicada situación del mercado laboral, que no sólo sigue destruyendo empleo sino que la calidad del existente es cada vez más precaria por el avance de la temporalidad y la parcialidad, a la vez que la brecha de género se amplía y la falta de oportunidades a los jóvenes les empuja a abandonar la región en busca de mejores perspectivas laborales.

Destaca negativamente la marcha de la industria con pérdida de empleo y aumento del desempleo, situación que  es un reflejo de las amenazas que está sufriendo nuestro sector industrial y que ponen de manifiesto la necesidad urgente de un pacto de estado en torno a una política industrial y energética.

En este contexto reviste de especial gravedad el anuncio de cierre de la empresa Alcoa que pone de relieve la falta de responsabilidad social y con el territorio de esta multinacional, y exige un frente común en defensa de los puestos de trabajo y de las familias amenazadas.

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