El secretario general de UGT Asturias, Javier Fernández Lanero, considera positivas, en su balance de 2020, las medidas adoptadas por los diferentes gobiernos para hacer frente a la crisis económica y social creada por la pandemia, aunque considera que salir de ella solo será posible con un cambio de modelo productivo y del refuerzo de los servicios públicos. Con estos contenidos centrales, ha remitido un vídeo y una carta a los afiliados y afiliadas del sindicato, haciendo un repaso a los principales asuntos.
Carta del secretario general:
Estimada compañera, estimado compañero,
Éste ha sido un año marcado por el virus Covid 19, que nos ha sumergido en una crisis de salud pública sin precedentes en la historia reciente, con más de un 1.700.000 personas contagiadas y 48.000 fallecidas en España. Más de 24.000 personas contagiadas y 1.400 fallecidas en Asturias.
La pandemia, desgraciadamente, nos ha llevado una crisis económica devastadora para muchísimas empresas que han tenido que cerrar o que están sobreviviendo a costa del ERTE Covid-19; y ha sido desastrosa para muchísimas personas que han perdido su empleo, y para otras que ya no lo tenían y ahora no pueden buscarlo y no cobran ningún tipo de prestación.
Estamos ante un virus que no entiende fronteras pero sí entiende de clases sociales. Justo antes de esta crisis, el 10 % de la población más rica ganaba un 23% más que el 10 % de la población más pobre. Ahora, después de la crisis, esta diferencia supera el 36 %. Y el virus no entiende de clases porque es la población más vulnerable, la más desprotegida, la más pobre, la que se contagia más fácilmente: los contagios en las zonas más pobres de las ciudades son un 25 % superiores a los de las zonas más ricas.
Por eso, desde el inicio de esta crisis sanitaria, en cuanto llegaron las fases de la desescalada, nuestra organización se puso a negociar con el Gobierno para poner en marcha toda una batería de medidas que contribuyeran a paliar las situaciones tan complicadas desde un punto vista económico social que nos vinieron encima.
Así, conseguimos poner en marcha medidas para, por una parte, ayudar a las empresas, y por otra, proteger a las personas. Ayudas en forma de exenciones y aplazamientos fiscales o facilidades para el acceso al crédito. De forma muy destacada hay que señalar que logramos poner en marcha el ERTE Covid 19, una figura que está consiguiendo salvar del cierre a muchísimas empresas y gracias a la cual muchísimos trabajadores pueden estar momentáneamente cobrando del desempleo sin haber perdido su puesto de trabajo.
Negociamos también un Ingreso Mínimo Vital para todas aquellas personas sin trabajo ni prestación; para que nadie quedara en situación de desprotección y todo el mundo pudiera tener al menos un soporte económico mínimo que le impida hundirse en la completa miseria. Y, en Asturias fuimos capaces de poner en marcha la concertación social, con más de 182 medidas y 640 millones de euros para proteger a las personas y para intentar incentivar la economía asturiana.
El problema es que el virus sigue estando con nosotros y a esta primera ola que fuimos superando con las citadas medidas, sucedió, de repente, otra ola tan fuerte, si no más; una segunda ola que lleva a las empresas y a los trabajadores y trabajadoras a una situación insostenible. Y que también tiene que servir para aprender de lo que no se hizo correctamente en la primera fase, pues si bien se pusieron en marcha muchas medidas, faltó algo que es fundamental: que lleguen cuanto antes a las empresas y a las personas; que lleguen ya, en el momento en que se necesitan.
Por eso, la agilización de todos los trámites administrativos, que sean más rápidos, más flexibles, que existan menos trabas, menos filtros, para poder acceder a ellos va a ser un elemento fundamental en la arquitectura de estas ayudas.
Al rememorar lo vivido en este año, no podemos olvidar la espectacular respuesta de la sociedad ante la gravedad de la situación; respetando las medidas sanitarias establecidas, poniéndose las mascarillas, cumpliendo las restricciones de movilidad, etc. Y más, la respuesta de los trabajadores -sobre todo de los servicios esenciales, como personal sanitario, de supermercados, de ayuda a domicilio, empleadas del hogar…- que afrontaron situaciones muy difíciles. No había -como ya hay – las medidas de protección necesarias frente al virus y tuvieron que hacer un trabajo fundamental para salvar vidas en unas condiciones en las que arriesgaban las suyas.
También hay que poner en valor la respuesta que dio por primera vez la Unión Europea; la veníamos exigiendo. Queríamos una Unión Europea que de verdad se preocupara de la situación de su ciudadanía, y así fue. Por primera vez la Unión reaccionó de forma conjunta a la crisis y se pusieron a disposición de los estados miembros 750 mil millones de euros a través de un fondo de recuperación y resiliencia. De ellos, 140 mil millones tienen que llegar a España y posteriormente a las comunidades autónomas. Es dinero que tienen que servir, y a ello va dirigido concretamente, para ayudar a las empresas y proteger a las personas.
Del mismo modo, ha sido muy positiva la respuesta del Gobierno español poniendo en marcha también muchas ayudas a empresas, autónomos y a trabajadores, las cuales fueron además complementadas por el Gobierno de Asturias y consensuadas y pactadas con los agentes sociales y económicos, entre ellos la Unión General de Trabajadores, a través de la concertación social.
Una concertación que firmamos en tiempo récord, lanzando con ello un mensaje a la clase política, a la clase empresarial y a la sociedad en general: que tenemos que salir de esta crisis haciendo las cosas de manera diferente. No podemos salir con más desigualdad entre ricos y pobres; no podemos salir con más desigualdad entre hombres y mujeres.
Hay que aprovechar esta situación y convertirla en una oportunidad para cambiar nuestro modelo productivo, apostando por la tecnología, por la digitalización, en todos los procesos productivos y a la hora de dar servicios. También fortaleciendo nuestros servicios públicos, los pilares del estado de bienestar, la sanidad, la educación, la dependencia. A nadie le cabe ya duda de la necesidad de reforzar con más recursos económicos y humanos estos servicios públicos, de los cuales depende la vida de la ciudadanía y, por tanto, la vida de un país.
Porque fue muy importante hacer lo que hicimos, aplaudiendo a las 8 de la tarde todos los días a los sanitarios, a los trabajadores de los servicios esenciales, pero, esto tiene que traducirse en recursos humanos y económicos para estos sectores, que están muy castigados y moralmente muy tocados debido a la difícil situación que han tenido que sufrir y siguen sufriendo.
Va a ser necesario acometer cuanto antes una reforma fiscal integral, de tal manera que pague más el que más tiene; que podamos hacer florecer todas esa economía que está sumergida y qué está haciendo que el Estado recaudé menos dinero en unos momentos en los que son necesarios más recursos públicos que nunca para atender todas las necesidades.
No va a ser posible salir de esta crisis sin derogar la reforma laboral de 2012. Lo único que trajo fue precariedad laboral, contratación temporal y muchísima contratación a tiempo parcial, lo que ha hecho que, en esta crisis sanitaria, muchísimos trabajadores hayan quedado desprotegidos o que los que están cobrando en ERTE en sectores de la hostelería y el turismo, que como venían con contratos a tiempo parcial, ingresen apenas 500 o 600 euros mensuales. Y no podemos aceptar que esta derogación esté condicionada a un acuerdo con la CEOE, porque esto significa que no se derogará.
En línea con ello, es también fundamental subir el SMI, como hacen en otros países como Francia, Alemania, Portugal, porque las personas que cobran el salario mínimo son las que más lo necesitan, y, además, estos recursos van, por lógica, directamente al consumo.
Hay que salir de esta crisis protegiendo más a nuestras personas mayores. Han saldado esta crisis sanitaria con demasiadas muertes y no deben ser ahora quienes paguen la salida de la crisis, ni con sus pensiones, ni sufriendo las deficiencias de unas residencias que han registrado excesivos contagios y mostrado serios problemas de gestión y seguridad. Y, desde luego, las pensiones tienen que verse revalorizadas en función del IPC, para lo que va a ser necesario derogar la reforma de las pensiones del año 2013.
Hay que salir de esta crisis, también, apostando por la igualdad para acabar con la violencia machista, no podemos olvidar que las mujeres que sufren violencia de género, que han sido doblemente víctimas durante la pandemia, encerradas con sus maltratadores. Hay que salir acabando con la brecha salarial, que hace que las mujeres en nuestro país tienen que trabajar 51 días gratis en este año. Hay que salir de esta crisis construyendo un país inclusivo, en el que tenga cabida la diversidad.
Y hay que salir de esta crisis con empleo de calidad para nuestros jóvenes, para que puedan tener un futuro ilusionante; y con empleo digno para los colectivos más desfavorecidos, como los mayores de 55 o las mujeres.
Cuando hablamos de salud pública hay que hablar de salud laboral, que también es un problema de salud pública. No puede ser que la gente muera por el simple hecho de ir a trabajar. El “contador de la vergüenza” marca en el momento en que escribo estas líneas, 596 muertes por accidente laboral en España en 2020. Hay más muertes y más accidentes en el trabajo que nunca, a pesar de haber sido un año marcado por el confinamiento y los ERTE en el que se han trabajado muchas menos horas. Las empresas posiblemente no se han preocupado lo suficiente por la salud laboral y está muriendo demasiada gente. Por eso decimos que tan importante como ponerse la mascarilla es ponerse el casco en el centro de trabajo.
Y tenemos que hablar de algo que debido al Covid 19 parece haber quedado en segundo plano: la crisis migratoria. Continúan muriendo miles de personas cada vez que cruzan el Mediterráneo huyendo de la miseria y de la guerra de sus países. Necesitamos, por tanto, una verdadera política de integración en nuestros países de estas personas que llegan de fuera.
En cuanto a nuestra comunidad autónoma en concreto, será fundamental aprovechar bien los Fondos europeos para la recuperación económica y social, así como contar con presupuestos del Estado y del Principado que permitan poner en marcha todas las medidas de la concertación. En este aspecto, cerramos 2021 con la amarga sensación de no haber avanzado positivamente en lo que respecta al nuevo estatuto para las empresas electrointensivas, un instrumento fundamental para que nuestras industrias puedan competir en igualdad de condiciones en el mercado internacional. Esperamos que sea posible retomar el contenido del borrador, pues en su redacción actual no resulta en nada favorable para Asturias.
Y, una vez pasado este año, que ha sido terrible para todos y todas, tenemos que afrontar el entrante con optimismo, con ilusión y, sobre todo, con acción, negociación y acuerdo para solucionar las graves consecuencias económicas y sociales que todavía en 2021 nos van a acompañar, pero que, no cabe ninguna duda, vamos a superar.
Esto solo lo podremos hacer si lo hacemos juntos y sin dejar a ninguna persona por el camino. Así que, feliz navidad y trabajemos para que el próximo año 2021 sea muchísimo mejor para todos y todas.
Javier Fernández Lanero. Secretario General UGT Asturias.
—-