Aunque se han realizado progresos considerables para acabar con el SIDA como amenaza para la salud pública, la epidemia del VIH no ha sido erradicada y las personas jóvenes siguen expuestas de manera desproporcionada a este tipo de riesgo VIH. Además, el conocimiento exhaustivo del VIH entre los jóvenes sigue siendo demasiado bajo, solo uno de cada tres demuestra conocimientos precisos.
La Educación Integral en Sexualidad es esencial para que las personas jóvenes sean capaces de protegerse del VIH. También ayuda a que los jóvenes eviten los embarazos precoces y otras infecciones de transmisión sexual, les incita a que busquen información sobre cuestiones relativas a la salud, promueve la tolerancia, el respeto mutuo y la no violencia en las relaciones. Por todo ello, es esencial la educación y la formación.
El VIH es prevenible, por eso es fundamental que se conozcan los factores de riesgo y la prevención. La infección por el VIH ataca al sistema inmunitario, y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) es la fase más avanzada de la enfermedad.
A pesar de los progresos, sigue siendo una enfermedad estigmatizante, y las personas con VIH se enfrentan a situaciones discriminatorias en su día a día. Para la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores, es imprescindible que los entornos laborales sean espacios de trabajo libres de discriminación por VIH y abordar el VIH y el Sida en el ámbito laboral como una cuestión de salud, libre de discriminación, donde el estigma, la falta de oportunidades y la desigualdad, dejen de ser una barrera.
Para eliminar la discriminación en el empleo es necesario implementar y desarrollar el Pacto Social por la no discriminación y la igualdad de trato asociada al VIH, se deben alcanzar acuerdos en el marco del Dialogo Social para defender los derechos de las trabajadoras y trabajadores, proteger los puestos de trabajo e intensificar los esfuerzos en materia de prevención.
Para ello, debemos incluir clausulas a través de la negociación colectiva en las que se garantice la protección de la vida privada y la confidencialidad, el derecho a recibir el tratamiento médico necesario y la adaptación de horarios y puestos de trabajo. Además, se deben establecer garantías para que las personas con enfermedades relacionadas con el VIH puedan permanecer en su puesto de trabajo.
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores reclama la necesidad de eliminar las desigualdades económicas, sociales y laborales que originan enfermedades como el VIH, el Sida y otras pandemias. Por ello exigimos la adopción de políticas más eficaces en la promoción y la defensa de los derechos de las personas con VIH y Sida que se encuentran en situación de vulnerabilidad y discriminación, promoviendo los derechos de las personas con esta enfermedad, así como la igualdad de trato y oportunidades.
Si bien han sido muchos los avances en la lucha contra las discriminaciones por motivo de esta enfermedad, las personas que viven con el VIH, con frecuencia, siguen enfrentándose al estigma y la discriminación tanto en sus vidas cotidianas como en el ámbito laboral, con dificultades en el acceso al empleo, rechazos en su puesto de trabajo e incluso despidos.
Nuestra labor sindical en la lucha contra la discriminación por causa del VIH/Sida consiste en la negociación encaminada a informar a las trabajadoras y trabajadores acerca de la enfermedad, a formar a nuestros representantes sindicales en esta materia y a la aplicación de una política que proteja los derechos de las trabajadoras y trabajadores con VIH, y tenga en cuenta las necesidades específicas de estas trabajadoras y trabajadores, para ello el mejor instrumento es la negociación colectiva.
Para la Unión general de Trabajadoras y Trabajadores el VIH debe ser una prioridad en las agendas políticas, la investigación sobre el VIH tiene que seguir avanzando, y encaminarnos a cumplir la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de poner fin a la epidemia del Sida para 2030 y “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos y todas las edades”.