La Secretaria de Igualdad de UGT Asturias, Carmen Escandón incidió hoy en que el sindicato considera fundamental que la sociedad se conciencie para acabar con la violencia machista, una realidad que ha acabado en lo que va de año con la vida de 47 mujeres y 8 menores y ha dejado 22 huérfanos y huérfanas. Escandón hizo estas declaraciones al inicio de la jornada “Aspectos laborales y penales de la violencia de género”, que contó con la participación de Paz Menéndez, profesora de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, y Javier Fernández Teruelo, catedrático de Derecho Penal.
La secretaria de Igualdad reclamó también mayor compromiso de las instituciones en la lucha contra la violencia de género, “ya que sólo desde 2010 las personas que acceden a la judicatura tienen obligatoriamente que tener conocimientos relacionados con la violencia de género. «Los que están impartiendo justicia a día de hoy no tienen porque conocer este tema y por supuesto tampoco lo aplican», ha afirmado, para calificar de «crucial» que los que están impartiendo justicia sean sensibles a este tema «para poder actuar en consecuencia».
Por su parte, Paz Menéndez, también en declaraciones al inicio de la sesión, aludió a los derechos que tiene la mujer para aunar la doble condición de trabajadora y victima de violencia de género y de los medios de los que dispone para preservar su contrato en esa situación. En su opinión, «trece años después de la entrada en vigor de estos derechos, cuando se miran las cifras y las sentencias, da la sensación de que ha habido mucho ruido y muy pocas nueces”.
Una opinión compartida por el catedrático Javier Fernández Teruelo, investigador del sistema penal de protección para quien el sistema valoración del riesgo “en los casos más graves, donde hay peligro de que el agresor asesine a la victima, no está funcionando bien”.
Así, señaló que este sistema se basa en 50 preguntas de la policía a la denunciante para determinar el riesgo de sufrir nuevas agresiones que “se hacen en un porcentaje muy pequeño de los casos, y además la certeza del resultado es mínima”. En este sentido recordó el reciente caso de Jessica Bravo, con una valoración de riesgo medio, «aunque varios parámetros determinaban que el riesgo era muy elevado». «Es necesario proteger a la victima y creo que no está haciendo bien», sentenció Fernández Teruelo.