La festividad navideña ha adquirido una dimensión preocupante en términos de explotación laboral, especialmente entre la población más joven. Las oportunidades de empleo que hemos presenciado durante estas Navidades consisten mayormente en contratos temporales, con una duración máxima de un mes y, además, a tiempo parcial.
En muchos casos, el tiempo parcial se traduce en jornadas laborales intermitentes, no abarcando todos los días, y limitándose a unas cuatro horas diarias, es decir, una media jornada. En consecuencia, nos encontramos con salarios que apenas alcanzan los quinientos euros. Esta situación no es sostenible, ya que los jóvenes, y la población en general, no están dispuestos a aceptar empleos que perpetúen la condición de trabajadores pobres. Es imperativo que las empresas modifiquen sus prácticas de negocio, evitando el rápido beneficio a expensas de nuestros jóvenes y aquellos que buscan empleo.
Anticipamos que en el año 2024, seremos testigos de quejas continuas sobre la falta de mano de obra, una problemática originada por la precariedad laboral que se está ofreciendo actualmente. En respuesta a esta situación, estamos tomando medidas desde diversos frentes. En el ámbito educativo, buscamos implementar un plan de empleo, o más específicamente, un plan de choque contra el desempleo juvenil. Esto implica actuar desde la orientación en las escuelas y poner en marcha un nuevo programa de formación profesional dual con contratos de trabajo.
Además, es esencial abordar la cuestión de la vivienda, considerando la escalada de precios en alquileres y hipotecas. Estamos trabajando en fortalecer nuestros servicios públicos de empleo, como el SEPEPA, pero reconocemos que estas medidas no serán suficientes si las empresas continúan ofreciendo contratos laborales precarios y a tiempo parcial, con salarios irrisorios. Por ello, proponemos la creación de una mesa de empleo para analizar los desequilibrios del mercado laboral y abordar la raíz del problema: la precariedad laboral que afecta principalmente a los jóvenes, generando una alarmante tasa de desempleo juvenil y dificultando la planificación de un futuro y una vida independiente para esta población.
