El mes de septiembre arroja un nuevo descenso interanual del paro en Asturias: 4,2% (2.993 parados menos), caída superior a la media nacional (3,8%), y situándose el nivel de paro en 67.569 parados. En relación al mes anterior nuestra región muestra un comportamiento más desfavorable que la media del país, con unas subidas del 3,2% y 0,5%, respectivamente. Los datos de afiliación a la Seguridad Social presentan un comportamiento positivo con una subida interanual del 1,1% (3.967 afiliaciones más), por debajo de la media del país donde aumenta un 2,4%.
Por sectores de actividad, en comparación con el año anterior la caída del paro es generalizada entre todos ellos, destacando la construcción con el mayor descenso, seguida del sector primario. Este hecho explica, entre otros, cómo los hombres se están viendo más favorecidos por el retroceso del desempleo presentando una caída (6,1%) muy superior a la de las mujeres (2,9%), siendo estas últimas también las que concentran mayor nivel de paro (58% del total).
Un mes más hay que destacar negativamente la mala calidad del empleo, donde del total de contratos registrados en el mes de septiembre el 91% es temporal, lo que supone un contrato indefinido por cada 10 temporales. A esto se une la cada vez mayor rotación laboral (una persona firma de media en torno a 3 contratos en un año), la menor duración de los contratos (donde la mitad de los registrados tiene duración inferior al mes y en torno al 38% inferior a una semana). Asimismo, continúa incrementándose la contratación a tiempo parcial, en su mayoría involuntaria, que ya absorbe en torno al 40% del total de contratos.
Estos datos tan negativos ponen de manifiesto la elevada contratación fraudulenta, como así se viene demostrando en los resultados de las campañas de la Inspección de Trabajo desarrolladas en el ámbito del Plan Director por un Trabajo Digno. Con todo es necesario dotar de más medios (económicos y humanos) a la Inspección para que persiga este tipo de delitos laborales, así como endurecer las sanciones ante estas conductas empresariales fraudulentas que no deben quedar impunes.
Es necesario también aumentar los recursos para políticas activas de empleo que favorezcan la inserción laboral de los colectivos más desfavorecidos como los jóvenes, parados mayores de 45 años y las mujeres.