Presentación del informe elaborado por UGT Asturias sobre la reforma laboral en estos últimos 10 años.

Enérgica condena del secretario general de UGT Asturias ante el comienzo de la guerra.

Antes de la presentación del informe, el secretario general de UGT Asturias, Javier Fernández Lanero, lamento la guerra que ha dado comienzo y es un sin sentido, donde nadie gana y todo el mundo pierde. Desde UGT Asturias manifestamos toda nuestra condena a esa invasión, una guerra que sólo trae pérdidas humanas.

Después de esta enérgica condena, comenzó su explicación del informe haciendo referencia a que el pasado 23 de diciembre se alcanzaba un hito histórico dentro del Diálogo Social, con la firma de un acuerdo entre Gobierno, patronal y sindicatos en torno a la reforma laboral. Por primera vez y tras las múltiples modificaciones del Estatuto de los Trabajadores lo largo de su historia, el acuerdo actual supone la recuperación de derechos para los trabajadores y trabajadoras. Para eliminar esa figura del trabajador pobre.

Esta reforma ha sido fruto del acuerdo, del consenso entre quienes son los actores del mercado laboral (patronal y sindicatos), algo que asegura el éxito de su implantación y que difiere radicalmente de la imposición que implantó en 2012 el Gobierno del PP, cuyos perversos efectos sobre la clase trabajadora se ha demostrado suficientemente. De ello da constancia el contenido del informe realizado por UGT Asturias.

Cumplida una década desde su imposición, los resultados demuestran que el único objetivo y resultado fue la devaluación de las condiciones laborales y la pérdida de derechos, lo que supuso el empobrecimiento de la clase trabajadora del país.

Exposición de Javier Fernández Lanero

Si por algo pasará a la historia la reforma laboral del Partido Popular, es por haber sido la más lesiva para los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Así supuso, entre otras: un golpe a la negociación colectiva y al necesario equilibrio entre partes; una devaluación salarial; un avance en el uso y abuso de la temporalidad; un incremento en la contratación parcial involuntaria que afectó directamente a las mujeres; una menor cobertura social frente a situaciones de desempleo; un endurecimiento en las condiciones de acceso y mantenimiento del empleo; una mayor degradación laboral para los colectivos de jóvenes y mayores de 45 años; una cronificación del paro, con un incremento en el número de parados de larga duración; un abaratamiento y mayores facilidades para los despidos, etc.. Todo ello, propició que España haya venido destacando entre nuestros socios comunitarios por sus mayores desequilibrios estructurales en el mercado laboral y por la lamentable aparición de la figura del trabajador pobre. Estando nuestro mercado de trabajo y su normativa, por más de una ocasión, en el punto de mira de las autoridades e instituciones europeas que han llamado reiteradamente la atención a España.

  1. Algunos de los datos que recogemos en este informe vienen a demostrar el rotundo fracaso de esta reforma laboral del PP y sus efectos en el mercado laboral asturiano a lo largo de una década de aplicación.
    • La tasa de temporalidad ha aumentado en 2 puntos porcentuales.
    • Uno de cada 4 asalariados tienen contrato temporal
    • La tasa de temporalidad supera 11 puntos la media europea.
    • El aumento de la parcialidad que ya representa más del 14% del total de ocupados (un punto porcentual más que en el año 2012) crece en un 8,7% en los 10 años de reforma. A día de hoy el 40,3% de los contratos registrados en Asturias son de carácter parcial.
    • Una rotación laboral que hace que una persona firme de media 3 contratos en un año (2,37 contratos de media en el año 2012).
    • Un aumento exponencial de los despidos que experimentaron una expansión inmediata a lo largo de los años 2012 y 2013, alcanzando los 2.461 y 2.566 respectivamente.
    • Los contratos indefinidos apenas han llegado a representar el 10% del total. Mientras que modalidades como eventual por circunstancias de la producción concentran más de la mitad de de la contratación, el 53,5% (10 puntos más que hace una década) y los de Obra y Servicio a casi una cuarta parte de la contratación (24%).
    • La duración de los contratos se ha ido además reduciendo, intensificando la temporalidad contractual. Más del 40% de los contratos duran menos de un mes y más del 30% menos de una semana.
    • La debilidad a la que arrojó la reforma del PP a la negociación colectiva se refleja claramente por un lado, en los menores incrementos salariales recogidos en los convenios y, por otro lado, el cada vez más bajo número de trabajadores que están protegidos por cláusulas de revisión salarial. En el año 2021, tan solo el 15% de los trabajadores asturianos han estado cubiertos por estas cláusulas. Cifra muy alejada de la que existía antes de la aprobación de la reforma laboral que se situaba en el año 2011 en el 66%. Por su lado las rentas salariales vienen sufriendo una importante pérdida de poder adquisitivo, 6 puntos entre los años 2010/2020. Una pérdida que se intensifica en 2021 ante la escalada de los precios (la inflación cerró el año en el 6,5%) y el incremento recogido en convenios  (1,5%).

Esta devaluación salarial está detrás de la escalada de las tasas de pobreza y exclusión social. Según los últimos datos de la Encuesta de Condiciones de Vida, relativos al año 2020, el Indicador AROPE[1] en Asturias escala hasta el 27,7% (3,2 puntos porcentuales por encima del año 2012), esto indica que en torno a 3 de cada 10 asturianos se encuentra en situación de pobreza o exclusión social. El fuerte aumento de la tasa de pobreza en el último año en nuestra región hace que por primera vez se sitúe por encima de la media española (1,3 puntos porcentuales más).

Frente a todo ello, el año 2021 finalizó con la firma de un Acuerdo entre UGT, CCOO, CEOE, CEPYME y Gobierno que elimina algunos de los aspectos más lesivos de la anterior reforma. Un acuerdo donde se establece la contratación como indefinida salvo causa debidamente justificada, haciendo cerco a la temporalidad. Un acuerdo que recupera el valor y fuerza de la negociación colectiva y el equilibrio entre las partes negociadoras y que introduce fórmulas de flexibilización interna para que las empresas afronten escenarios de crisis sorteando el recurso al despido y haciendo uso de la experiencia adquirida por los ERTEs Covid que evitaron, fruto del diálogo social, una destrucción masiva de empleo en los peores momentos de la crisis sanitaria. En definitiva, una reforma que recupera derechos laborales endureciendo sanciones frente al fraude.

Hemos considerado oportuno hacer un análisis de lo ocurrido en los diez años de reforma laboral de 2012, ya no sólo para comprobar sus efectos devastadores sino también, para poder comparar en un futuro inmediato con los efectos de la recientemente aprobada reforma laboral, fruto del consenso y del acuerdo con los agentes económicos y sociales, donde se apuesta por desterrar la temporalidad del mercado de trabajo y mejorar la vida de los trabajadores y trabajadoras recuperando derechos.

Desde UGT creemos que el año 2022 es un año clave para recuperar derechos e impulsar salarios.

Además vamos a insistir también en la necesidad de lograr un acuerdo para poder aprobar las 32 horas semanales porque sabemos que es posible buscando fórmulas pactadas de la organización del trabajo.


 

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