JUNIO 2024

CCOO y UGT de Asturias venimos manifestándonos cada último martes de mes contra las violencias machistas y, en particular, la violencia de género desde hace ya mucho tiempo. Y seguimos haciéndolo porque la violencia machista es la consecuencia más extendida de la discriminación de género. Una violencia estructural que sufrimos las mujeres por el mero hecho de serlo y que tiene su caldo de cultivo en la sociedad capitalista patriarcal en la que vivimos.

El convenio de Estambul no lo solo denuncia este problema social como una gran violación de los derechos humanos, sino que llama a actuar sobre las formas de violencia sobre las mujeres, para lo que se requiere un esfuerzo colectivo al que nos sumamos UGT y CCOO con estas concentraciones mensuales en las que animamos a participar a toda la población. Llevamos años denunciando la persistencia de obstáculos con los que se encuentran las mujeres víctimas de violencia de género y sus hijos e hijas y exigimos tolerancia cero contra las violencias machistas.

No podemos permitir que determinadas formaciones políticas, que han hecho bandera y seña de indentidad el ataque al feminismo y a la promoción de la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, vean reforzadas sus posiciones, menoscaben o impulsen desde gobiernos regionales en lo que estén cualquier medida ejecutiva o legislativa que impliquen contravenir derechos fundamentales de los que como personas son titulares las mujeres.

Para erradicar los feminicios y la violencia física, pero también todas las demás violencias que nos afectan a las mujeres, hace falta formación a todos los niveles. Pero también que la normativa que nos ampara (nuestra Constitución, los trabajos internacionales como el Convenio contra la Violencia hacia la mujer del Consejo de Europa o el Convenio para la eliminación de todas las formas de Discriminación de Naciones Unidas, normativa estatal como la Ley contra la Violencia de Género de 2004 o la Ley de Igualdad de 2007 no sea atacada. Es necesario un compromiso del conjunto de las instituciones y de la sociedad. La mejor lucha es la prevención, la mejor lucha es la erradicación, la mejor lucha es impedir que se produzca.

Ante la persistencia de las violencias o la lentitud de avances en esta enorme brecha de precariedad, parcialidad o temporalidad que nos condena a las mujeres a un presente y futuro incierto, debido a la falta de autonomía económica, de bienestar y seguridad, no podemos sino reclamar justicia y combatir todas las formas de discriminación y violencia de hacia las mujeres.

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