A la vista de esta situación UGT exige un mayor compromiso por parte tanto de las empresas como de la administración

El pasado miércoles unos doscientos compañeros y compañeras de UGT y CCOO se han concentrado en Oviedo y han guardado 5 minutos de silencio en memoria de los últimos fallecidos en accidente laboral, mostrando también su absoluto rechazo al continuo incremento de las cifras de siniestralidad en nuestra región.

La última víctima en Asturias ha sido Jonathan, un joven repartidor de comida rápida que perdió la vida en la noche del sábado 12 septiembre mientras se dirigía con su moto a realizar una entrega y fue arrollado brutalmente por una furgoneta. Tenía sólo 30 años.

Sin embargo, él no ha sido el único al que han querido homenajear UGT y CCOO ya que en el comunicado también han hecho referencia al trabajador de Mieres de 31 años fallecido esta semana en Orense en las obras del AVE el cual se convierte en la quinta víctima mortal desde que se iniciaron dichas obras. Algo aún más doloroso teniendo en cuenta que los sindicatos ya habían denunciado en marzo ante la Inspección de Trabajo de Orense las precarias condiciones laborales y de inseguridad que sufrían los operarios de determinados tramos de la obra.

En lo que va de año se han producido en Asturias un total de 11 accidentes mortales de carácter laboral. Además según datos oficiales aportados por el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, en el periodo de enero a julio la siniestralidad ha aumentado un 2,56% respecto al mismo periodo del año pasado con un total de 6.937 accidentes. Este incremento de ninguna manera se corresponde con el de la población trabajadora que apenas crece en un 1%.

A la vista de esta situación UGT exige un mayor compromiso por parte tanto de las empresas como de la administración con la prevención de riesgos laborales ya que estas cifras de siniestralidad resultan inadmisibles en una sociedad que se considera avanzada. La crisis no puede ser excusa para que se sigan produciendo recortes en la seguridad y salud de los trabajadores y resulta imprescindible que los agentes implicados y la sociedad en general tomen conciencia real de la importancia de la prevención y comiencen a pensar en la misma como una inversión y no como un gasto puesto que los costes no sólo humanos sino también económicos de la falta de seguridad en el trabajo son demasiado elevados para todos.

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