Viví junto a él las reconversiones de la siderurgia y otros sectores productivos

La súbita muerte del compañero Lito nos ha dejado perplejos y huérfanos a los ugetistas asturianos. Le  conocí allá por el año 76, cuando se reconstruía la Unión General de Trabajadores de Asturias tras el largo paréntesis de 40 años de dictadura, junto a otros compañeros como Eduardo Lafuente, José Manuel Suárez o Eduardo Donaire en el ámbito del metal. Animoso e incansable, Lito ejercía un gran liderazgo en Uninsa, en la comarca de Gijón, en el sector del metal y en Asturias.

Viví junto a él las reconversiones de la siderurgia y otros sectores productivos, la formación apresurada de cuadros sindicales para sustituir la representación del sindicato vertical por organizaciones democráticas y ví cómo, junto a otros compañeros y compañeras, Lito fue conduciendo a la UGT al lugar de primera fuerza sindical en Asturias. La tarea sindical, en aquella época, iba muy unida a la reconstrucción política y él participó también muy activamente en el PSOE.

Suplía con inteligencia e imaginación la falta de experiencia que teníamos en aquellos años, y  desde el taller del tren de chapa de Uninsa en Veriña emprendió una trayectoria sindical que culminó convirtiéndose en referente y maestro de sindicalistas.

Hoy, ante su pérdida, y al margen de su liderazgo sindical, si tengo que quedarme con algo de Lito, me quedo con su perfil humano, atento a cada persona, afable y positivo, preocupado por lo social, por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Siempre tenía una palabra cariñosa, una frase optimista, una solución para afrontar los problemas. Tenía el don de la empatía. Era un gran compañero y un buen amigo.

Tiempo habrá de recordar toda una intensa vida de trabajo por los demás, muchas veces abandonando lo propio, uniendo a las personas y a las organizaciones, soldando y galvanizando problemas. Hoy sólo cabe transmitir a los asturianos y asturianas, que se nos ha ido una persona de principios y valores firmemente comprometida con nuestra tierra y con sus trabajadores en lo sindical y en lo político. Una persona que defendió enérgicamente el mantenimiento de la siderurgia asturiana, columna vertebral de nuestra economía, con un papel determinante en lograr que la UGT de Asturias, sea lo que es hoy, la organización más grande de esta comunidad autónoma.

Buen padre y amigo de sus amigos, este año echaremos en falta la reunión que cada verano organizaba abriéndonos las puertas de su casa. Nos deja un enorme vacío y un gran ejemplo de su sentido común y responsabilidad. Lito era una gran persona.

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