El sistema tributario es clave para reducir las desigualdades ||Asturias necesita unos Presupuestos Generales para 2015 que contemplen la inversión social

En los próximos meses, Europa, España y Asturias se enfrentarán a difíciles retos en una situación global sumamente compleja, que en España exige que finalice la austeridad suicida y se sitúe la solidaridad, el dialogo, la justicia social y la recuperación de derechos -en definitiva, a las personas- en el centro de las decisiones políticas y económicas.

La economía debe servir a los ciudadanos, mejorar sus condiciones de vida y de trabajo y redistribuir con equidad la renta y el beneficio que generamos.

Pero es obvio que eso no está siendo así. La respuesta política que se está dando a esta crisis generada por la gran “orgía financiera” nos ha situado en una dramática realidad. El nivel de paro es inasumible y se sitúa en Asturias en el 21% mientras que el paro de larga duración, que es del 63%, se dispara y acaba con la esperanza de encontrar empleo de miles de trabajadores de cuales un 44% no cobra ningún tipo de prestación.

Hay un fuerte aumento del nivel de pobreza. En España, a pesar de tener una de las tasas más elevadas de Europa, el gasto en protección social es inferior a la media comunitaria: 26,1% y 29% del PIB respectivamente. En esto somos el segundo país por abajo de la UE-15. Para mejorar esta situación es necesario establecer un suelo de gasto en protección social en los PGE.

En Asturias, se incrementa anualmente el número de ciudadanos que perciben el salario social (aunque con excesivo retraso), y se llenan los comedores sociales adonde se ven obligados a acudir incluso trabajadores con empleo, pues su bajo salario no les da para llegar a final de mes.

Tenemos también una población de jóvenes desesperados que no encuentran trabajo y que en muchos casos tienen que abandonar la región o el país en busca de un futuro más cierto (aunque no siempre lo consiguen).

Y frente a ello, las medidas del Gobierno de España debilitan los sistemas de protección social. Además, hay una clara tendencia a desprestigiar interesadamente los servicios públicos a favor del sector privado. Todo ello conduce al debilitamiento de las instituciones y a la desafección de los ciudadanos hacia la política a la que no ven como solución a sus problemas laborales y económicos.

En cuanto al ámbito internacional, estamos viviendo uno de los veranos más conflictivos de las últimas décadas. Los países prohíben la libre circulación de las personas y ponen rejas y “muros de la vergüenza” para evitar el acceso de quienes buscan trabajo, libertad y dignidad para vivir como seres humanos. Al mismo tiempo, no se establece ningún control, muy al contrario, se facilita el movimiento de capitales, especulativos en muchos casos, además de otros que provienen del tráfico de armas, drogas e incluso el tráfico de personas.

Se han hecho decenas de recortes y reformas (entre ellas la destructiva reforma laboral) pero, sin embargo, ante este drama social y humano, no hay medidas ni se las espera para cambiar las cosas.

No hay voluntad política del Gobierno de España ni de la Unión Europea para corregir estos niveles insoportables de desempleo, para restablecer el equilibrio y poner fin a tanta desigualdad, exclusión social y pobreza que han generado las decisiones ante la crisis y las equivocadas medidas que se han puesto en marcha.

Para cambiar esta situación se necesitan otras propuestas desde opciones políticas progresistas. Hay que actuar, por ejemplo, para recuperar instrumentos económicos y financieros públicos, esos que se le entregaron al omnipotente poder financiero y económico dominante.

El empobrecimiento y el desmantelamiento social han favorecido en gran medida el crecimiento de movimientos políticos, populistas unos y de extrema derecha otros. La situación también ha beneficiado a los profesionales del fraude organizado y a las grandes multinacionales que utilizan la arquitectura financiera para que sus elevados beneficios no paguen impuestos.

La salida de la crisis será una quimera y un espejismo mientras no se corrijan las desigualdades y se cree empleo de calidad y con derechos, pero para ello es necesario recuperar el diálogo social, para avanzar en el desarrollo sostenible y recuperar el estado de bienestar.

Son necesarios la política y los políticos para resolver los problemas que producen el propio sistema capitalista de mercado y la pasividad, cuando no la acción, de algunos gobiernos conservadores que desprotegen a los sectores más vulnerables de la sociedad y cargan todo el peso de la crisis sobre los trabajadores y los más desfavorecidos.

La Unión General de Trabajadores ha venido demandando, y se ha movilizado para ello, un giro radical en la política económica y laboral de nuestro país, ya que la recuperación económica pasa por apostar por la economía productiva, por mejorar los salarios, crear empleo de calidad y recuperar los derechos laborales perdidos además de reforzar la protección social y los servicios públicos de calidad. La negociación colectiva es el instrumento clave para fortalecer las relaciones laborales y luchar contra la devaluación salarial que están sufriendo los trabajadores y está lastrando la recuperación económica y el consumo.

El sistema tributario es clave para reducir las desigualdades en la medida en que genera recursos para poner en marcha políticas públicas redistributivas para la igualdad.

En España, el elevado fraude fiscal y la economía sumergida, que se eleva al 24,6% del PIB (253.000 millones de euros ocultos) suponen una merma en la recaudación poniendo en peligro el sostenimiento de nuestro estado social. Para luchar contra ello son necesarias medidas decididas, como también lo es una ambiciosa reforma fiscal, que persiga la suficiencia de recursos públicos y esté basada en los principios de equidad y progresividad.

En cuanto a Asturias, nuestra comunidad necesita unos Presupuestos Generales para 2015 que contemplen la inversión social en los niveles de años anteriores. Asimismo, es fundamental desarrollar las medidas contenidas en la concertación social, ello forma parte de los objetivos de la Unión General de Trabajadores en este nuevo curso político.

La estrategia industrial recientemente acordada, como motor y elemento tractor de la economía y el empleo, tiene que tener el correspondiente desarrollo en la Mesa del Foro por la Industria.

Cerrar el acuerdo para la puesta en marcha de la figura del aprendiz a través de la formación profesional dual va más allá de un plan experimental, es un compromiso de los agentes sociales y el propio Gobierno, que se debe poner en marcha en el curso 2014-2015.

Las medidas de formación para el empleo, los planes locales de empleo, la I+D+i y las medidas acordadas sobre protección social y la sostenibilidad de los sistemas público sanitario y educativo también forman parte de nuestro compromiso con los trabajadores y la sociedad asturiana.

Esperamos que sea posible avanzar en este sentido.

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