El mes de febrero arroja un nuevo descenso del paro en términos interanuales del 4,1% (3.147 parados menos que el año anterior), superando a la media nacional donde cae un 1,3% y destacando como la cuarta mayor caída del país, situándose la cifra de desempleo en 72.940 parados. El descenso del paro se mantiene ininterrumpido desde el año 2014, si bien los niveles de desempleo aún se sitúan por encima de los existentes a comienzos de la crisis. Respecto al mes anterior el paro se mantiene, mientras que en España arroja un leve descenso (0,2%).

A nivel sectorial, la agricultura arroja la mayor caída relativa interanual (7,7%); seguida del sector terciario (4%) y la construcción (3,6%). Un mes más hay que señalar negativamente la marcha de la industria que no participa de este comportamiento favorable de caída del paro e incluso crece levemente el paro (0,1%).

Por sexos, las mujeres arrojan un mayor descenso que los hombres: 4,4% y 3,8%, respectivamente, si bien éstas soportan mayores niveles de paro, absorbiendo el 56% del total.

Las afiliaciones a la Seguridad Social presentan una leve subida interanual del 0,9% (3.240 afiliaciones más), por debajo del conjunto del país (1,9%).

La contratación arroja una fuerte subida interanual (8,4%), superando a la media española (1,5%) y destacando como la segunda más elevada. La contratación indefinida aumenta (16%), así como la temporal (7,7%), siendo esta última la predominante en la contratación, de manera que del total de contratos registrados en el mes de febrero el 90% son temporales (por cada contrato indefinido se registran 9 temporales).

A la vista de los datos es urgente implementar una política industrial con medidas que reactiven el sector industrial asturiano por la importancia que éste tiene sobre la economía y el empleo regionales.

Desde la UGT exigimos igualdad plena en la sociedad y en el mercado laboral, dada la situación a que se enfrentan las mujeres al concentrar más de la mitad del desempleo (56%), presentar menores tasas de actividad y empleo, así como mayor precariedad en forma de mayores niveles de temporalidad, parcialidad y bajos salarios. En este sentido es necesario poner en marcha políticas activas de empleo dirigidas a eliminar la discriminación y la desigualdad, así como cumplir la obligación de elaborar planes de igualdad en las empresas.

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